miércoles, 28 de enero de 2009

Cuadros de costumbres: Un acercamiento antropológico a la Selección Guatemalteca de Fútbol


Nada ejemplifica tanto la emoción de ser un guatemalteco como un partido de "La Sele". La emoción creciente del Juan Chapín promedio crece a medida que el comienzo del partido se acerca. Es más, sólo pensar en el juego hace palpitar su corazón bajo la camisola azul y blanco -comprada en la sexta- con la esperanza de que tal vez "hoy si ganamos".

Con una Gallo en la mano y la bolsa de Tor-Trix en la otra mira caer el primer gol del oponente. Sentado en la orilla del sofá ve el segundo y el tercero en contra. ¡GOL! ¡GOOOOOOOL! Se escucha retumbar por todo el territorio nacional cuando anotan el descuento. Con el alma de un hilo y los ojos en el cronómetro en la esquina superior izquierda de la tele vemos pasar el minuto 47 del segundo tiempo abajo en el marcador, esperando un milagro.

El estrés aumenta y la decepción se hace ver, pero el deseo de ver nuestros colores en un Mundial son más fuertes que la realidad y Juan Chapín grita improperios contra los trinitarios que más de una vez nos han descalificado.
- ¡Ahhhh Árbitro cerote! ¡Pero si esos hijos de puta son unos coches para jugar!
Mejor hubiéramos jugado en San Marcos otra vez, solo así les ganamos a los caribeños.

Finaliza el partido y hay que guardar los cuetes. Y Juan Chapín cuelga la camisola en el ropero hasta el próximo partido mientras piensa "Jugamos como nunca... Y perdimos como siempre".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario