martes, 8 de junio de 2010

Leímos por usted 1: Lo que García Márquez dijo de nosotros

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Fe de errata:
Este párrafo que publicamos ayer -supuestamente atribuído a Gabo-, parece ser un escrito apócrifo. Después de una corta búsqueda en Google y Bing, no encontramos ninguna fuente confiable que pudiese atribuír dicho escrito a Márquez. Seguramente es por que como dice el susodicho párrafo "Los guatemaltecos (...) creen en todo" y aquí en el dilema somos chapinísimos.


Si alguien conoce al verdadero autor (o al cerote que nos baboseó) háganoslo saber, por que igual está chilero y lo vamos a dejar. Gracias a Don Rafael por el coscorrón.
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Hoy en la mañana encendí mi computadora muy dispuesta a terminar el borrador de un capítulo de mi tesis... pero me desvié y me metí a Facebook. El resultado fue encontrarme con esta nota que aunque no es tan poética como la que nos publicó Denise hace no mucho tiempo, es igual de cierta:


Los Guatemaltecos


No hay nadie que no conozca a un guatemalteco o, por lo menos, conoce a alguien que conoce a un guatemalteco. De todas maneras, le preguntaron en una ocasión a un reconocido sabio maestro: ¿Qué es un guatemalteco? Su respuesta fue la siguiente: ¡Ah, los guatemaltecos… que difícil pregunta! Los guatemaltecos están entre ustedes pero no son de ustedes. Los guatemaltecos beben en la misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y se ríen de la música. Los guatemaltecos toman en serio los chistes y hacen chistes de lo serio. No creen en nadie y creen en todo. ¡No se les ocurra discutir con ellos jamás! Los guatemaltecos nacen con sabiduría. No necesitan leer, ¡todo lo saben! No necesitan viajar, ¡todo lo han visto! Los guatemaltecos son algo así como el pueblo escogido, por ellos mismos. Los guatemaltecos se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia y, en grupos, por su gritería y apasionamiento.

Cada uno de ellos lleva en sí la chispa de genios y los genios no se llevan bien entre sí, de ahí que reunir a los guatemaltecos es fácil, pero unirlos es casi imposible. No se les hable de lógica, pues eso implica razonamiento y mesura y los guatemalatecos son hiperbólicos y exagerados. Por ejemplo, si te invitan a un restaurante a comer, no te invitaron al mejor restaurante del pueblo, sino al mejor restaurante del mundo.

Cuando discuten, no dicen: No estoy de acuerdo con vos sino ¡Estas completamente equivocado! Tienen tendencias antropofágicas; así entonces ¡Se la comió! Es una expresión de admiración y comerse a una mujer guapa es señal de una situación admirable. Decirle a alguien "comé mierda" es un insulto lacerante. El guatemalteco ama tanto la contradicción que llama "culo" a las mujeres hermosas y "animal" a los eruditos. Si te aqueja alguna situación de salud te advierten, ¡Mano, debiste hablar conmigo para llevarte donde un cuate mío, que es un médico cabrón! Los guatemaltecos ofrecen soluciones antes de saber el problema. Para ellos nunca hay problema. Saben lo que hay que hacer para erradicar el terrorismo, encausar a paises pobres del Caribe, eliminar el hambre en África, pagar la deuda externa, quién debe ser presidente y cómo Estados Unidos puede llegar a ser una potencia mundial.

No entienden por qué los demás no les entienden cuando sus ideas son tan sencillas y claras, y no acaban de entender por qué la gente no quiere aprender a hablar castellano como ellos, sino que quiere que todo el mundo aprenda 23 lenguas precolombinas que lo que hacen es dividir más a la sociedad.

¡Ah, los guatemaltecos… No podemos vivir mucho con ellos, pero es imposible vivir sin ellos!
Dedicado con cariño a los habitantes del mejor país del mundo…


Gabriel García Márquez