La hospitalidad adquiere muchas formas diferentes dependiendo de la cultura y del lugar del mundo donde nos encontremos. Entre los esquimales es normal ofrecer a la esposa del dueño de la casa para 'mantener calientito' al huésped, en Suecia siempre tienen chocolate y galletas recién horneadas para las visitas ¿y en Guate? En Guate le echamos agua al caldo.
Así es. A nosotros no nos importa cuántos nos caigan de sorpresa, si alguien necesita quedarse a dormir en nuestra sala o los vecinos van a alegar por la bulla. Lo importante es que siempre podemos arralar el caldo con un poco de agua y asegurarnos que más gente se pueda servir. Si derrepente se aparece el nene con todos los amigos de la U para almorzar, o si la nena se trae al novio y su hermano para la cena no nos importa: siempre podemos echarle agua al caldo y que se sienten los que quieran, donde encuentren silla.
Eso sí, que le echemos agua al caldo para que más mara se atasque no quiere decir que no los vamos a pelar por macetas cuando se vayan.
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Si te traés al Magnus... le echamos agua al caldo y al ponche navideño :P
ResponderBorrarAl ponche no le echés agua chula, ron echale, ron.
ResponderBorrarNo por que se evapora... mejor lo hacemos más ralo y luego, le echamos el ron y azúcar, así queda más pegón
ResponderBorrarAunque ya ni sabor le quede al caldito por tanta agua va.... jeje
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